OPINIÓN GP | JAVIER RUIZ @sevennorth | LA COLUMNA DEL 5
No fue lo que parece, créanme. No fue fácil, nunca lo es. Hubo momentos de mucha tensión y en esos momentos queríamos que acabara todo pronto. Ahora, ya finalizado, parece diferente pero pudo pasar cualquier cosa. Una mano de Varas justo antes del tercer gol. Una jugada antes del segundo. Podía haber pasado cualquier cosa. Nos pudieron hacer mucho daño. Sí, claro que hablo de fútbol, ¿qué creían?
Llegué al campo y marcó Machís. Me dicen que tenemos que ganar tres a cero y empiezo a pensar en nubarrones negros de aficionado prudente: vamos a ver si ganamos, en segunda te gana cualquiera, da igual ser segundo que tercero. Oía hoy al maestro Gabilondo decir que se equivocó en el diagnóstico sobre Cataluña porque minusvaloró y sobrevaloró a unos y a otros. A veces pensamos que la vida es una cuestión lógica y que la gente obedece a impulsos racionales. No lo es. Olvidaros de eso.
Mientras escribo, se acerca un niño chillando con la cara pintada de negro. Tampoco es lo que parece. Es un chaval feliz con la que probablemente se ha convertido en la fiesta favorita de su generación.
Dos veces pidió la hora el aficionado que se sienta en mi abono. Dos veces, una antes del segundo gol y otra antes del tercero. Dos veces se pudo complicar la cosa y se resolvió por calidad, por velocidad y porque el mejor jugador de la categoría es rojiblanco y se llama Machís. Lleva el 11, además. Extremo izquierdo a pierna cambiada como juegan todos desde que se olvidó la lógica y el sentido común que dicen que los zurdos en la izquierda y los diestros en la derecha. Tres goles y todavía recibe críticas. Ayer, después del primero y segundos antes del segundo, desde detrás vociferan: “chupón”. Luego, tras el segundo, se oyó otro runrún en una jugada en la que no marcó y no pasó a Joselu. Tres goles y al final se coreó su nombre. Pero tampoco fue lo que parecía, no hubo esa extraña unanimidad que a veces se da en una multitud cuando está en un estadio de fútbol.
¡Una niña con la cara ensangrentada! No pasa nada, es Halloween, hay chaveas disfrazados en casa y luego habrá voces por la calle que pedirán truco o trato y llamarán a las puertas con la naturalidad de las tradiciones ya asentadas.
Faltó Baena y se le echó de menos. El equipo se vino abajo después del uno a cero. También entre el segundo y el tercer gol. Baena es el espíritu de este equipo, presiona, llega y muchas veces crea desde el desorden. Alberto Martín es un tipo eficiente, muy deseable en cualquier equipo, solidario, ordenado, pero no tiene el liderazgo de Baena. Algo así fue Abel, que ayer volvía de suplente en el Lorca. Un gran tipo de una generación inolvidable para todos nosotros. Los Nyom, Mainz, Roberto, Siqueira, Ighalo. Los que nos trajeron de vuelta el fútbol de alta competición a Granada y, muchos, se quedaron varios años aquí. Un socio de por atrás dice que le gusta la Segunda cuando marca Joselu el tres a uno. Pienso que hemos estado muy pocas temporadas en la división de plata en los últimos años, lo compruebo ahora en la wiki, la del ascenso y ésta desde el 87. Con el cuatro a uno nos vamos al segundo puesto. Ascenso directo, falta todo el invierno, luego la primavera. ¿Qué quedará de nosotros cuando llegue el calor? ¿Qué seremos en junio?
Me acerco a la parada del metro y un hombre me avisa: “no pasará otro hasta dentro de quince minutos”. Son las diez y algo de una fresca noche de lunes. No es horario de fútbol de aficionado, es horario absurdo impuesto por las TV y Tebas. En la grada, apenas había un par de críos. Corro hacia uno de los últimos vagones que se llena a presión. Hay caras sonrientes, tranquilas, como si la normalidad fuera inmutable: el metro que nos lleva a casa, los chavales disfrazados de hoy, la alegría de las victorias. Como si todo esto no pudiera cambiar en un instante. Siento vértigo.