OPINIÓN GP | CRISTINA AYBAR @cristinaaybar10 | LA ILUSIÓN DEL SUR
El partido de este fin de semana podría decirse que era uno de los más esperados por la afición. Después de un mes, tocaba volver al estadio, a nuestra casa.
A parte de llevar este tiempo sin ir al estadio, este encuentro estaba acentuado por los buenísimos resultados que se dieron el día anterior a éste. A la ilusión de volver, se le sumaba esa motivación extra. Y eso hizo que casi se llenara el Nuevo Los Cármenes, poco faltó.
Se podría decir que veníamos de una buena racha. Victoria en Córdoba, tras una remontada por parte de nuestro equipo y con la ayuda de toda la afición desplazada, pese a que el horario y el día no eran los mejores. Sin duda, este triunfo marcó un antes y un después en esta plantilla. Después tocaba recibir los tres puntos del partido contra el Reus y por lo tanto, unos días de descanso para nuestros jugadores. Había quien decía que no era tan bueno tener tanto descanso en una competición tan complicada como es la Segunda División, pero tras la exhibición en Majadahonda poco fundamento tenían estas opiniones. Otro partido más fuera de casa que ganábamos, solo nos quedaba una asignatura pendiente, llenar el Nuevo Los Cármenes en la vuelta a casa. Y lo conseguimos.
Llegó el día de ir al estadio, con esos nervios que ya nos caracterizan previos a cualquier enfrentamiento, ya sea un rival de arriba de la clasificación, como de abajo. Cualquier contrincante es fuerte en esta Liga 123, y si no que se lo digan a los equipos que jugaron el sábado.
Como he dicho antes, se veía venir que el partido iba a ser intenso. Teníamos la gran oportunidad de sacar un pequeño colchón respecto a los equipos que estaban por debajo de nosotros, y más cuando éstos vienen apretando de la forma en que lo están haciendo. En esta liga no se regala nada, toda la recompensa se obtiene gracias al esfuerzo, la garra, el coraje, las ganas y la ilusión que se le pone a cada partido. Estamos ante una de las temporadas con más nivel en esta categoría de plata del fútbol español y lo estamos notando.
Empezó el partido y cuando todavía no estaba todo el mundo sentado, poco le importó a Germán, que adelantó al equipo con un tremendo testarazo a raíz de un córner. A partir de ahí, cuando todavía ni nos lo creíamos, empezó otro choque distinto en Granada.
Fue una de esas jornadas para alabar a nuestra defensa y a nuestro portero, nuestro muro nazarí, como solemos llamarle. Ambos equipos tuvieron oportunidades para cambiar el marcador pero ninguna entró.
La grada estaba disfrutando del partido aunque también supimos sufrir en los últimos minutos, teníamos que agarrar esos tres puntos como fuese.
Uno de los momentos especiales fue cuando en Los Cármenes empezaron a aparecer pequeñas lucecitas, uno a uno se fueron sumando hasta que casi todo el estadio íbamos a una. Se creó un ambiente mágico, algo que difícilmente se puede explicar con palabras, que seguramente todo aquel que estuvo y fue partícipe de ello sepa a lo que me refiero.
El otro instante mágico de la noche fue al finalizar el partido y ya con los tres puntos con nosotros. Ese momento en el que el equipo se acercó a la afición para celebrar la victoria, todos y demostrando así, que afición y equipo juntos, somos invencibles. Todos vamos a una. Este año tenemos una conexión increíble y se está demostrando tanto dentro como fuera del campo.
Hay algo curioso que me pasa todos los partidos. Nunca puedo destacar a ningún jugador por encima de los demás porque todos, sin excepción, contribuyen al juego del colectivo. Para mí no son once jugadores, para mí son un equipo. Todos me parecen excepcionales. Tanto los titulares como los suplentes. Cada uno sabe que su función no es destacar, sino ayudar al equipo en todo lo que puedan, aportar su granito de arena.
Pero sí que me tengo que alegrar por ciertos jugadores como Azeez y Adri Castellano. No habíamos visto jugar mucho a ninguno de los dos en este Granada CF y ayer dieron la talla. Cada uno supo hacer su juego y beneficiar al equipo de ello.
Y aquí estamos, un Granada CF con 56 puntos y con un equipazo que tiene una unión impresionante. Y cuando digo equipazo también me refiero a nuestro entrenador, Diego Martínez, al cuerpo técnico y a todas esas personas que aportan su granito de arena para que cada partido seamos un poquito más felices y podamos soñar cada vez un poquito más alto.