OPINIÓN GP | FRANCISCO GONZÁLEZ GARCÍA | DESDE EL FONDO DE LA CÁRCEL
La pregunta que encabeza este “fondo de la cárcel” oculta el deseo o el temor, según se mire, de muchos aficionados al Granada CF. Visto lo visto hasta el momento de la presente temporada 2017-2018 y con la experiencia de la última temporada en Primera División, percibo un cierto ruido de fondo en la opción de subir o no subir de nuevo a la máxima categoría del fútbol nacional. No soy el único entre los abonados que me rodean en Los Cármenes que, con la boca chica o con la grande, manifestamos que este año disfrutamos en los partidos en casa.
Otra cuestión son los partidos que se juegan como visitante. En todo caso el Granada CF, como visitante, siempre ha sufrido, incluso cuando éramos gallitos en Segunda División B o incluso en los nefastos años de la Tercera División. Como equipo humilde, incluso en sus mejores temporadas en cualquier categoría, a nuestro Granada siempre le cuesta ganar o ser superior como foráneo. Empero, siempre, las buenas temporadas o el mantenerse en una categoría ha pasado por ser un equipo fuerte como local. Y desde la liga de los tres puntos se mantiene que ganar en casa es fundamental y ya irá “rascando” algo fuera.
Lo dicho, en casa, este año disfrutamos. Se gana, se da sensación de control, incluso nos relajamos demasiado y por eso al final sufrimos un poquito…pero hasta ganamos en la última jugada cuando antes era a la inversa, o si nos marcan al final ya no le sirve al rival. Nada comparable a la sensación horrible de la temporada pasada en que ir a Los Cármenes, reconózcanlo conmigo, era una tortura, un sufrimiento. Se hacía por amor a los colores, por fidelidad, pero ya sabíamos lo que iba a pasar… íbamos a perder. No recuerdo nada peor, de hecho es la peor temporada del Granada CF en primera división. Solo se ganaran 4 partidos, acabamos con 20 puntos (el 17,5% del máximo a conseguir), últimos. Tan solo en la temporada 1960-1961 se acabó último en primera, con el consiguiente descenso, pero entonces se ganaron cinco partidos y se acabó con 17 puntos (pero en una liga de dos puntos, por comparar adecuadamente, se alcanzaron el 28% del máximo a conseguir).
En definitiva que tras lo sufrido y con lo que vemos en este curso, hay algunos que se plantean la pregunta de si queremos o no queremos subir a la Primera División, o quizás mejor preguntarnos si no estaremos mejor en la segunda; si queremos ser cabeza de ratón, en la segunda, o cola de león en la primera.
Remitiéndome a la historia del club y viendo el devenir del fútbol actual podemos entresacar dos respuestas que no son coincidentes. Por historia, el Granada CF antes de su largo periplo por la Segunda División B desde 1988, se mantuvo en la segunda división, por 30 temporadas, sin mayores problemas con apariciones en la primera división cortas (4 temporadas en los años 40, del 1941 al 45; otras 4 del 1957 al 61, una en el 1966-67) y luego llegaron los ocho años gloriosos del 1968 al 1976 con los que vivimos de recuerdos hasta que el maravilloso gol de Odion Ighalo nos devolvió al paraíso de la primera.
La presencia fugaz en la segunda división del 2010-2011, para ascender a primera el 2011-2012 y permanecer durante 6 temporadas, nos impidió entender como era esa segunda división. En esa categoría, la segunda, es donde más años ha estado nuestro equipo (32 temporadas, incluida la actual), frente a las 23 en primera, 22 en la maldita B y 4 en la tercera. La historia dice que lo más normal es que estemos en segunda. Yo diría incluso que muchos de los años de la maldita B hubieron de transcurrir con algún ascenso a la segunda, lo impidió la nefasta gestión de los dirigentes de la época y los avatares azarosos del fútbol. Y también es habitual que transitemos por la primera, en ocasiones. Dirán ustedes que soy algo frio, incluso cínico.
El devenir del fútbol actual puede explicar mi cierto desapego y, permitan, que me justifique.
Por supuesto que yo quiero que mi equipo suba a la primera. Por amor a los colores lo deseo. Y viendo como equipos históricos, por ejemplo el Zaragoza se llena de ansiedad y no consigue el ascenso tras ser candidato año tras año, o viendo que la segunda está llena de esos históricos (Zaragoza, Osasuna, Gijón) que van cayendo a ella mientras en la primera nos encontramos al Eibar, el Leganés, el Getafe o el Girona (con todos mis respetos a esos equipos) que tienen muy poca historia en esa categoría; pues con todo ello claro, que quiero el ascenso. Y aún más a sabiendas que ahora son los ingresos por TV lo que marca el presupuesto y que este año aún tenemos “remanentes” de esos ingresos, pues hay que aprovechar la ocasión.
Empero también quisiera que, si subimos, fuera para acertar en la gestión y parecerme a esos otros equipos que han subido y que resultan ser la sorpresa de primera tras ascender; la sorpresa por no pasar apuros, incluso por coquetear con puestos de Europa. Vamos que subir para volver a sufrir… claro que eso son otras historias. Me faltan hojas en la margarita.