OPINIÓN GP | JAVIER RUIZ @sevennorth | LA COLUMNA DEL 5
Ramos se queda.
Vamos a subir.
No hay sequía.
Una de esas tres frases es falsa e inútil.
¿Cuál? La tercera, por supuesto. No porque no haya una importante sequía —llevamos cinco años con menos precipitaciones que la media anual— si no porque no existe lo que no está en los medios. Vivimos en 2017, el mundo es la TV, las redes y la prensa. ¿Sequía? No, no existe. ¿Ramos? Sí, se queda. Pero no juega. Y qué falta nos hace. Como el Metro que se inaugura pero no juega. Un día Ramos o el Metro serán TT y existirán. Ojalá.
El césped de la Romareda estaba igual de mal que el de los Cármenes. Si tuviera un club —cosa que no le deseo a ninguna afición, a ninguna ciudad— cuidaría el césped. Intentaría tener una hierba verde, pareja, lustrosa y bien cuidada. El césped es el espejo del alma.
El partido nace tranquilo, con cada equipo en su papel, con el ritmo tenso y a la vez lento de los partidos del Granada. Pasan los minutos con el balón pidiendo clemencia ante el maltrato de casi todos y en el minuto 17 Javi Varas hace un paradón. El mejor jugador del Granada esta temporada con mucha diferencia. Como casi todo en esta ciudad, en la fortuna llevamos el castigo: gran fichaje, gran portero; mal que el mejor sea el portero.
El Zaragoza tiene varios títulos europeos, un estadio y una afición con tradición y tronío y lleva cinco años en Segunda. Convendría mirar hechos y no sólo creernos frases que no siempre por repetirlas muchas veces se convierten en realidad. ¿Cuál es el objetivo del Zaragoza? Subir. ¿Y el del Granada? También. El Zaragoza cuenta con más historia, más tradición, más estadio, conoce la categoría y lleva ocho años ahí. Volveremos pero, ay, no se sabe cuándo.
Pedro marca de pillería en una falta. Ex-jugador del Zaragoza. Llegarán los ex-granadinistas, llegarán las semis de Champions, y nos acordaremos de esta ley no escrita: no hay peor cuña que la de la misma madera. El Pipo Baraja mira el móvil y se distrae del partido. Hasta los famosos son un poco decadentes en la Romareda.
Borja Iglesias es un sucedáneo de Hrubesch. Volvemos a los Ochenta. Pantalones cortos y apretados, Alemania lo gana casi todo y los delanteros centro pesan cien kilos y miden uno noventa. El Zaragoza se pasea por Europa y tiene un mediocentro, canterano del Madrid, que era como luego fueron los centrocampistas españoles pero sin ser tan bueno y se llamaba Aragón: marcó un golazo memorable con el Madrid a Zubi desde el centro del campo. Nayim, un precursor en emigrar a Inglaterra, marcó otro golazo pero este en el momento justo del partido justo. Final de la Recopa, últimos minutos de la prórroga y gol de la victoria. ¿Sabéis contra quién se enfrentaba el Zaragoza? Contra el Arsenal de un tal Tony Adams.
Minuto 57, Javi Varas vuelve a salvarnos.
El Zaragoza ataca, nos defendemos ordenados, obedientes, dos líneas de cuatro, dos arriba. Espinosa mira el balón pasar y nosotros y Sarabia —más Ochentas, otro jugón mal visto por tener calidad— lo miramos a él. Dicen que es bueno. Dice, Sarabia, que es bueno. Si lo dicen, como dicen que se queda Ramos y que el Metro existe, será bueno. Ojalá lo veamos.
El Zaragoza ataca y nosotros nos defendemos y contraatacamos. Y perdonamos. Al menos dos, quizás tres, ocasiones claras. Machís, Joselu. ¿Y Ramos? ¿Se queda? Y hay un barullo en el área y Hrubesch se tira o lo agarran y el árbitro —como el césped y la Segunda: macilento, sin brillo— pita penalti y es gol y el Granada no termina de arrancar y tenemos que creer en el equipo que esta temporada acaba de empezar y estamos imbatidos. Entra Puertas por Machís y tiene aire y maneras de titular, de próximo titular. Como Ramos. Entonces, expulsan a Baena. Si los árbitros se equivocan en Primera, no esperemos VARs andantes en Segunda. Con diez, el Granada mantiene el orden, mantiene el espíritu. No se cae, no se deja caer. Un punto. Hay que aprovechar lo que tenemos, hay que sacar partido al ya, al ahora. No nos quejemos, no pensemos en quién falta, en quién se queda. El Barça B, un filial, el viernes. El ahora es ganar el viernes.
Miro el twitter de Oltra. Tranquilidad, camino largo, hay que mejorar. No le falta nada, ni una mención ni a Ramos ni a nadie. Aliento a Germán en su lesión. Oltra puede que no sea un genio pero es, o parece, un tipo tranquilo. Un tipo estable emocionalmente que no se va a volver loco ni en la derrota ni en la victoria. No sabemos qué importante va a ser esto.
Imbatidos. Dos empates. No hemos perdido. Esta tarde una señora inglesa —urbanista— me compra libros sobre Granada y me pregunta si el Metro se inauguró en 2016 o en 2017.